Claudia Sheinbaum presenta hoy su primer informe de gobierno en una posición de fuerza que no se ha visto en México en más de treinta años.
La presidenta tiene un nivel de aprobación del que ni siquiera López Obrador gozaba tras once meses en el cargo. Después del mismo periodo transcurrido, AMLO tenía un promedio de aprobación de 67%, mientras Sheinbaum alcanza 74%, según reporta la encuesta de El Financiero. Su control del poder legislativo le permite hacer reformas constitucionales, lo cual ningún partido había conseguido desde 1997. Su partido gobierna 23 de 32 entidades federativas y su aliado, el Partido Verde, gobierna uno más. Tras la reforma judicial, hay una composición del pleno de la Suprema Corte en la que todos sus integrantes tienen vínculos con el movimiento político de la presidenta.
Por si esto fuera poco, ha logrado mantener la unidad en Morena, al menos por ahora, y ha formado alianzas con varios empresarios mediante el llamado Plan México, aunque la concreción de los proyectos ahí incluidos todavía es limitada.
México no ha tenido una presidencia tan poderosa en décadas.
La presidenta enfrenta, sin embargo, importantes retos que no tienen fácil solución. En lo internacional, debe consolidar una relación estable y próspera con Estados Unidos bajo la azarosa presidencia de Donald Trump, con riesgos en migración, comercio y seguridad.
Sheinbaum tiene también frente a sí el reto de la inseguridad y el crimen organizado, con un promedio de 65 homicidios diarios, según datos del propio gobierno federal, y una percepción de inseguridad de 63.2%, como registra el INEGI.
Otros retos en la mesa de Sheinbaum son la situación crítica del sistema de salud y las profundas carencias del sistema educativo.
El enorme poder de la presidenta Sheinbaum la dota de importantes capacidades para encarar los retos de su sexenio, pero también despierta serias preocupaciones, sobre todo para la salud democrática del país. La reforma judicial colocó sólo a ministros cercanos al régimen en la Suprema Corte y bajo su gobierno se consolidó la desaparición de varios organismos autónomos. Además, persiste una narrativa que estigmatiza a la prensa crítica y a organizaciones civiles.
Los siguientes cinco años irán mostrando si Sheinbaum logra ejercer el poder que concentra para enfrentar con éxito los desafíos del país y en qué medida lo usará para seguir erosionando la democracia mexicana.