En redes sociales, el cansancio perdió prestigio y la calma se interpreta como flojera. Entre frases motivacionales y videos de “superación”, miles de usuarios viven atrapados en la idea de que producir más es sinónimo de valer más.
La llamada “productividad tóxica” ya no es una tendencia, sino un estilo de vida digital que mide el valor de las personas por cuánto hacen, no por como se sienten.
Especialistas advierten que esta obsesión por “aprovechar cada minuto” genera ansiedad, frustración y culpa por descansar. La American Psychological Association relaciona este fenómeno con el aumento del agotamiento entre jóvenes y adultos, especialmente quienes siguen a influencers que muestran días “perfectos” llenos de metas cumplidas y cero pausas.
En TikTok, el término #productivity, que reúne más de 30 mil millones de vistas, agrupa videos sobre organización, metas y rendimiento extremo. A su lado crece el fenómeno “That Girl”, una tendencia que idealiza la vida “perfecta”: levantarse a las 5:00 a.m., meditar, hacer ejercicio, desayunar saludable y alcanzar objetivos sin descanso.
Ambas corrientes proyectan una ilusión de bienestar que, en realidad, alimenta la autoexigencia y el cansancio emocional.
Ambas corrientes proyectan una ilusión de bienestar que, en realidad, alimenta la autoexigencia y el cansancio emocional.
Expertos en salud mental coinciden en que el problema no es buscar mejorar, sino convertir la mejora en obsesión. Frente a ese discurso, cada vez más jóvenes adoptan el “slow living”, la vida sin prisa, como respuesta.
Este movimiento reivindica la pausa, el ocio y la desconexión digital como parte del equilibrio.
Este movimiento reivindica la pausa, el ocio y la desconexión digital como parte del equilibrio.