Héctor Herrera, campeón con Toluca en el Clausura 2025, ha confesado que su sueño es retirarse en Pachuca, el club donde inició su carrera. Sin embargo, el propio mediocampista admite que para cumplirlo necesita el “perdón” de Jesús Martínez, presidente del Grupo Pachuca. La razón: cuando regresó de la MLS, rechazó ofertas de Tuzos y León para firmar con los Diablos Rojos, decisión que hoy pesa como una herida pendiente.
El caso abre un dilema. Herrera es un ídolo formado en Pachuca, siempre habló de volver ahí, incluso lo discutió en su etapa europea. Pero en su retorno optó por un proyecto distinto, quizá más inmediato en lo deportivo y económico. Desde entonces, su vínculo con la institución hidalguense quedó fracturado.
¿Podría realmente volver? Hay varios factores. En lo emocional, Pachuca representa casa, identidad y gratitud. En lo deportivo, Herrera ya se encuentra en la recta final de su carrera, consciente de que su aporte no será en goles ni despliegue físico, sino en liderazgo, experiencia y mentoría para jóvenes. El reto para Pachuca sería valorar si ese rol justifica una inversión y un espacio en el plantel.
El perdón de Martínez, el nivel competitivo del jugador, la disposición de Toluca a liberarlo y la visión del club hidalguense sobre su aporte serán piezas clave. Si se alinean, la historia tendría un cierre perfecto. De no ser así, quedará como un deseo personal que nunca se materializó.