Rodrigo Huescas tuvo un estreno soñado en la fase de grupos de la UEFA Champions League. El lateral mexicano, que cumplió 22 años ese mismo día, fue titular con el Copenhague y celebró con una asistencia en el empate 2-2 frente al Bayer Leverkusen, uno de los equipos más fuertes de Alemania.
Activo y atrevido, Huescas no solo cumplió en defensa, también se proyectó constantemente al ataque. Al minuto 87 envió un centro preciso que Robert remató de cabeza para adelantar momentáneamente a los daneses. Aunque un autogol impidió la victoria, el partido dejó la sensación de que el mexicano está listo para competir en la élite.
Más allá de la estadística, lo que ilusiona es su actitud: personalidad para encarar, confianza para sumarse al frente y capacidad para desequilibrar en escenarios de máxima exigencia. Su debut marcó diferencia frente a otros connacionales que han tardado en adaptarse a Europa, pues mostró madurez y hambre desde el primer minuto.
El reto ahora es sostener el nivel, ganar continuidad y demostrar que lo de Leverkusen no fue un destello, sino el inicio de una consolidación. Si mantiene la regularidad, Huescas puede convertirse en pieza clave del Tri y en referente para jóvenes que buscan abrirse paso en el Viejo Continente.
Su presentación en Champions fue más que un debut: fue un mensaje de que el talento mexicano sigue teniendo espacio en el máximo escenario de clubes.