Pumas de la UNAM acaba de cerrar uno de los capítulos legales más delicados de los últimos años, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) dictaminó, el 1 de septiembre de 2025, que la rescisión del contrato de Dani Alves fue con justa causa, y revocó la decisión previa de la Cámara de Resolución de Disputas de la FIFA de mayo de 2024. Ahora Alves debe pagar una indemnización mayor de la originalmente fijada por la FIFA, por daños y perjuicios ocasionados al club universitario.
El origen del conflicto se remonta a enero de 2023, cuando Pumas rescindió unilateralmente el contrato con Alves tras su detención en Barcelona por acusaciones de agresión sexual, aduciendo incumplimiento de las cláusulas de conducta incluidas en el contrato. Aunque Alves fue condenado inicialmente, más tarde fue absuelto por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, lo que añade una compleja dimensión jurídica y mediática al caso.
Este fallo del TAS representa, sin duda, un triunfo institucional para Pumas, pero el daño en la imagen de la institución ya estaba hecho, y al tratarse de una entidad vinculada directamente con la Universidad Nacional Autónoma de México, la expectativa social es otra. Al ser un club universitario, los Azul y Oro no solo representan logros deportivos, sino valores académicos, éticos y de responsabilidad pública. Cuando un jugador de alto perfil internacional se ve involucrado en escándalos de esta índole la institución se convierte no solo en noticia de deporte, sino en símbolo de comunidad, juventud, educación. Las consecuencias no se limitan a lo legal, sino al cómo ve el público que la universidad maneja sus mecanismos éticos, su capacidad de sanción y su transparencia.
Por otro lado, esta resolución dada al club de autoridad, marca un precedente que podría servir para otras instituciones deportivas, universitarias o no, cuando se trate de fichajes de perfil alto y cláusulas contractuales sensibles. Los Universitarios demuestran que seguirán usando la vía institucional y jurídica, no solo la mediática, para defender su marca. Pero la pregunta ya no es solo cuánto reciba de Alves, sino cómo los Azul y Oro capitalizarán esta victoria para reforzar su estructura ética, de comunicación y responsabilidad social, de manera que situaciones como ésta no le vuelvan a cambiar la imagen ante sus propios estudiantes y seguidores.
El origen del conflicto se remonta a enero de 2023, cuando Pumas rescindió unilateralmente el contrato con Alves tras su detención en Barcelona por acusaciones de agresión sexual, aduciendo incumplimiento de las cláusulas de conducta incluidas en el contrato. Aunque Alves fue condenado inicialmente, más tarde fue absuelto por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, lo que añade una compleja dimensión jurídica y mediática al caso.
Este fallo del TAS representa, sin duda, un triunfo institucional para Pumas, pero el daño en la imagen de la institución ya estaba hecho, y al tratarse de una entidad vinculada directamente con la Universidad Nacional Autónoma de México, la expectativa social es otra. Al ser un club universitario, los Azul y Oro no solo representan logros deportivos, sino valores académicos, éticos y de responsabilidad pública. Cuando un jugador de alto perfil internacional se ve involucrado en escándalos de esta índole la institución se convierte no solo en noticia de deporte, sino en símbolo de comunidad, juventud, educación. Las consecuencias no se limitan a lo legal, sino al cómo ve el público que la universidad maneja sus mecanismos éticos, su capacidad de sanción y su transparencia.
Por otro lado, esta resolución dada al club de autoridad, marca un precedente que podría servir para otras instituciones deportivas, universitarias o no, cuando se trate de fichajes de perfil alto y cláusulas contractuales sensibles. Los Universitarios demuestran que seguirán usando la vía institucional y jurídica, no solo la mediática, para defender su marca. Pero la pregunta ya no es solo cuánto reciba de Alves, sino cómo los Azul y Oro capitalizarán esta victoria para reforzar su estructura ética, de comunicación y responsabilidad social, de manera que situaciones como ésta no le vuelvan a cambiar la imagen ante sus propios estudiantes y seguidores.