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El INEGI, está llevando a cabo un ejercicio fundamental: la Encuesta Intercensal. Este instrumento, que se aplica entre octubre y noviembre, busca actualizar indicadores cruciales que, de otro modo, se tomarían con un desfase de 10 años respecto al censo tradicional.
La importancia de esta medición es relevante. Por primera vez, México tendrá la capacidad de medir las afectaciones reales de la pandemia de 2020. Los datos recopilados revelarán los saldos exactos en variables sensibles como la fecundidad, los patrones de migración y las tasas de mortalidad, algo que actualmente no puede saberse con ningún otro indicador.
El ejercicio permitirá saber con precisión casi 200 variables demográficas sobre cada manzana del país. De hecho, la aplicación de esta encuesta estuvo en serio riesgo. A principios de año, el INEGI sufrió una disminución presupuestal que casi coincidía con el costo del proyecto, lo que obligó a las autoridades a rectificar la cancelación.
Aunque la información se levanta actualmente, los primeros resultados estarán disponibles hasta septiembre de 2026. El proceso de capturar y procesar los datos de toda la nación, requiere un tratamiento estadístico complejo.
