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Nueva presidencia en el Tribunal Electoral, misma subordinación

Gilberto Bátiz García tomó protesta como presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en una sesión solemne que marcó el inicio de su mandato a la cabeza de la institución, que finalizará en 2027.

Durante el acto, presentó los cinco ejes que guiarán su presidencia: una colegialidad funcional, un tribunal cercano, decisiones que fortalezcan la estabilidad y gobernabilidad, un manejo administrativo ordenado y racional y una justicia con rostro humano.

Deliberadamente o no, los tres primeros ejes parecen anunciar el esperado alineamiento de este pleno con el movimiento político en el poder. La primera, colegialidad funcional, puede leerse como un criterio único sin espacio para el disenso. La segunda, la cercanía, se intuye que será a la 4T. La tercera, favorecer la estabilidad y la gobernabilidad, puede traducirse como decisiones que no perturben la capacidad del proyecto político del gobierno.

Como es bien sabido, hay serias dudas sobre la independencia de este pleno del tribunal. Los dos magistrados electorales que llegaron al cargo tras la elección judicial, el propio Batiz y Claudia Valle, figuraban en los acordeones mediante los que se buscó inducir la voluntad ciudadana. El resto de los magistrados han fallado sistemáticamente en favor de los intereses de Morena y de sus aliados. Reyes Rodríguez Mondragón permanece como la única voz disidente tras el fin del periodo de la magistrada Janine Otálora.

Es casi una confesión que entre los ejes bajo los que Bátiz pretende guiar su presidencia no figure explícitamente la independencia judicial. El magistrado presidente prefirió no guardar las apariencias.